GRACIAS

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A todos los que visitan Mi Rincón, me dejáis vuestros comentarios: ¡¡Gracias!!. No suelo contestar a vuestros comentarios en las entradas, así que quede aquí mi gratitud.

viernes, 26 de febrero de 2010

Infancia


¡Por mí primero y por todos mis compañeros!
Rebañar el flan con los dedos
Arrancarle risas al llanto
Mamá ¡te quiero tanto!

Sana, sanita, culito de rana
Dormir como si no pasara nada
Hacer amigos
Jugar hasta reventar y sentir que no se ha jugado
Sentirse protegido

Pan con chocolate
Pelos revueltos, churretes

Vivir como si la vida no existiera
Como si el mundo no fuera con nosotros
Olvidar lo vivido
Despertar un día sin los juegos
Y sentir que la infancia ya se ha ido.

domingo, 21 de febrero de 2010

Un regalo

 
Javier Donde me pierdo y sueño ha tenido la gentileza de concederme este regalo que hago extensivo a él mismo, y a otros blogs que sigo, el premio conlleva decir siete cosas de uno mismo y regalarlo a otros siete blogs, dificil elección porque me encantais todos. Las siete cosas sobre mi: soy observadora, romántica, soñadora, perezosa, impaciente, intransigente, me gusta reir.
Mi regalo para:


Javier Martin

Pecado Canarias


Laura

Otra
Laura 

Firenze

Manuespada

Felipe

Susana

viernes, 12 de febrero de 2010

Perdido.


Como casi siempre la cosa no había ido demasiado bien. Había tocado en el puerto, en un garito de mala fama, donde sólo se reunían personajes de mal vivir y putas baratas. Como casi siempre había tocado para sí mismo, quizá ninguno de los presentes ni se habría dado cuenta de su presencia, ensarzados en sus charlas, risotadas y gritos, afanados en entenderse con los camareros, a los que pedían insistentemente más vino, más vino, más.... 
¿Qué le había llevado a aquella situación?. Había sido siempre un melómano, todo en su vida había sido música, su padre músico, su madre cantante, le habían inculcado el amor a ella. Pero no había tenido suerte, un jugueteo con las drogas, algún pérfido amor, devastador, mala suerte. 
Ahora se conformaba con poder tocar en el garito y malvivir, pero siempre con la música pegada a cada poro de su piel. Como casi siempre volvía a casa sólo. Toda su vida había sido un buscador de sueños, de gente, de sensaciones, de experiencias, ahora no, ahora se dejaba arrastrar por la inercia de los días, sin más pretensiones. A veces pensaba que ya nada merecía la pena, sólo la música. 
Cuando llegó a su habitación de alquiler, se tumbó en la cama, ya casi amanecía, y atrapó el sueño jugando, como de pequeño, con un mechón de su pelo, que aún conservaba largo y rizado.

viernes, 5 de febrero de 2010

Marcas


Nació con el ceño fruncido, todos lo achacaban al sufrimiento del parto, pobre de tanto empujar se le quedó la marca....
Después fue creciendo con el ceño fruncido, se lo achacaron a que no veía bien, así que su madre lo llevó al oculista. Le pusieron gafas, le taparon un ojo, como a los piratas de sus cuentos, algo totalmente icomprensible para su infantil entendedera, pero si veo bien...
En la foto que su madre tenía sobre el taquillón, sí, sí, a la entradita del piso, la foto de bodas de su niño, pues ahí seguía con el ceño fruncido, como si se estuviera arrepintiendo de la boda antes de haberse casado incluso. Demasiado orgullo para echarse atrás....
Cuando envejeció tenía tantas arrugas, tantos canales de años en su cara, que el ceño fruncido ya ni se notaba. Seguía sufriendo; sin ver bien; arrepintiéndose; en un vano intento de superar la vida.